Compré tres canciones en la jukebox y a nadie pareció importarle mi buen gusto por la música, minutos después, volví a ponerme los audífonos. Tres horas antes bajé en la estación Zócalo, fui en busca de la Librería Cicerón, de algunos libros de Calculo Diferencial e Integral, de Geometría Analítica y Trigonometría. Entonces tomé una de las fotos más bellas y espontáneas que haya tomado nunca: un viejecito con gorra, gafas, camisa de cuadros, cansancio, dolor, tristeza; como pidiéndole algo al cielo, al sol, a Dios. Tomé algunas otras pero ninguna como esa.
Recorrí la calle Madero, a lo lejos la Torre Latinoamericana; es impresionante el como cada estatua humana es custodiada por un uniformado, como el General Francisco Villa es el más peligroso. «Peleando a la Contra» había resultado defectuoso y necesitaba un cambio y por alguna extraña razón lo había comprado en una librería del Centro. Nunca resulta aburrido visitar el Centro de la Ciudad, el Zócalo es de las cosas más bellas que tenemos en la capital: el Templo Mayor, las librerías viejas, los danzantes, la gente, la explanada, la Catedral, Palacio Nacional, las calles aledañas, Bellas Artes y La Alameda algunas cuadras al norte —sobre Madero— , e incluso la Torre Latinoamericana. No sé a qué iba realmente, sólo era un cambio de libro y llegué hasta Juárez.
Entré a un Mixup y lo más adecuado para este texto sería escribir que compré Pecados y Milagros de Lila Downs pero no, meses atrás ya había decido comprar poco a poco cada uno de los álbumes ilegales que cargo en el reproductor, los que logre encontrar. Traje The Suburbs y el 0K Computer, nada mal eh. 0K Computer es álbum muy depresivo, me recuerda tanto a 2010, me recuerda tanto a que depresión con depresión siempre es más depresión, y que uno de los objetivos primordiales de álbumes como este es acelerar la depresión de manera que llegué el punto en el que estés tan jodido que lo único que puedes hacer es mejorar. Bueno, eso es lo que creo.
Conseguí el cambio de libro y el destino era Universidad, toda la línea verde, resolviendo el cubo de Rubik que últimamente parece obsesionarme. Mi objetivo en esa estación pasó de realizar una investigación en la Biblioteca Central a entrar en una fonda y comer tacos y beber. Sonaron algunas canciones, algunos géneros, nada de mi agrado, entonces recordé que el 18 de noviembre había cumplido tres años esa carta y tuve ganas de escuchar Perfect de Los Smashing, la escuché. Era un poco egoísta hacia con mi amigo el traer los audífonos puestos, así que compré tres canciones en la rocola pero a nadie pareció importarle mi buen gusto por la música —minutos después— volví a ponérmelos.
A pesar de la cerveza que cargaba en mi cuerpo desde el Centro, no estaba ebria, pero siempre es hermoso caminar de noche por Ciudad Universitaria, pasaban de las diez y eso era justamente lo que hacíamos. Tomamos el camino que incluye el CENDI, la Facultad de Veterinaria, Medicina, Economía y Filosofía, regresamos hacia Ingeniería, bajamos por la Facultad de Química hasta retornar a las Islas y recordar que tenía una investigación que realizar en esa biblioteca, pero ya habían cerrado. Se veía tan hermosa, CU era hermoso, el cielo era hermoso. México es hermoso.


