THE CINEMATIC ORCHESTRA




Es viernes, hace un par de minutos que empezó a caer la noche y no sé qué decir sólo puedo observar, escuchar y ocultar mi miedo hacia la lluvia, podría jurar que algún recuerdo se ha tragado mi lengua y ha dejado mis dedos casi inmóviles, ¿avanzar?, ¿moverme?, prefiero cerrar los ojos y antes de llegar a un estado de inconsciencia, dejar fluir las notas de la orquesta y colapsar.

¿Se han topado con algún disco? ¿si les digo tal vez ‘Man With a Movie Camera’ recuerdan lo que fue un increíble documental? Vamos, tienen que al menos haber escuchado el Motion, o por lo menos perderse en el Breathe que suena tan perturbante en su web.
Podría intentar describirles cuánto es que detesto que no haya sido un buen día, ni si quiera una buena noche para poder seducirlos y es que no escucho más que el ensordecedor ruido de varias cajas mortales sobre la avenida, la insistencia de las personas en elevar el tono de voz para ser comprendidas e imagino que es esa ausencia de tranquilidad la que hace que mis pies se transformen en alas y me arrastren hasta escuchar The Cinematic Orchestra. ¿Por qué tener un escenario silencioso pre montado antes de escucharlos?, se me hace un poco hipócrita hacia uno mismo, es algo que sólo consigue llevarte a una diferencia invisible, al mismo estado insensible, a perderte el punto medio en el que el universo ha colapsado y empieza a formarse otra vez, el punto exacto en que tu boca pasa de amarga a insípida por estar atento a una galleta salada.

En el 99, cuando Inglaterra se dio el lujo de ser cortejada por Jason Swinscoe al lanzar Motion, el primero de nueve a la fecha, seguramente es que con diez años algún adulto me forzaba a escuchar música para niños tontos, lo que me hace sentir envidia hacia quienes lo vivieron, y aunque muchos dirán que a The Cinematic Orchestra le ayudó realizar la banda sonora del documental de Dziga Vertov, no podemos negar que Motion es el mejor disco de esta banda con su Channel 1 Suite. Pero es cuestión de enfoques, varios prefieren Ma Fleur, y por qué no, si a pesar de ser algo diferente a todo lo que han hecho, To Build a Home y Breathe juntas hacen una sola pista capaz de volarte el cráneo y volverlo a armar.

Después de todo no importa en que estado mental estemos, lo interesante es al lugar al que pretendemos llegar y estas notas más que nada apegadas al acid jazz son la medicina, el viaje.